jueves, 13 de noviembre de 2014

Bones Fanfic: capitulo 2--->FROM STORKS, BONES AND OTHER FACTS






CAPÍTULO 2
SORPRESAS
—Y tú que pensabas que el laboratorio no se volvería un caos por un día que me tomara libre... — dice Bones entre dientes dirigiéndole una mirada de "Te lo dije" a Booth — Además, ¿Qué tiene eso de raro? estamos en el Limbo de todas maneras, está lleno de esqueletos...
— pregunta la doctora Brennan, sin salir de su perplejidad mientras disiente al ver el tiempo que les tomará clasificar y pegar cada uno de los restos que fueron destrozados por la caída...
—Bones... — dice Booth suspirando, intentando no insultar a su compañera debido a su más que conocida ingenuidad — ¿Acaso no te has dado cuenta de que solo hay siete contenedores en el suelo?
—Oh... — responde la antropóloga a manera de disculpa mientras se pone de pie nuevamente y observa al interno, quien está terminando de ser vendado — Bien Señor Fisher, tal como el Agente Booth acaba de indicarle, usted se encargará de reclasificar y recomponer los huesos... si necesita mi ayuda estaré en mi oficina.
—¿Le sucede algo a la Doctora Brennan? — dice la mujer afroamericana mientras observa a la aludida abandonar El Limbo.
—¿De qué hablas Camille? — pregunta Booth un tanto confundido, ya que sigue enfocado en su libreta de apuntes.
—Seeley, ella jamás dejaría a un interno trabajando solo con un cadáver, menos aún cuando son tantos...
—Ya ni hablemos de estar de acuerdo con usted Agente Booth... — dice Fisher mientras se levanta de la escalera y comienza a recoger los restos y colocándolos en un contenedor — … ninguno de nosotros los ha visto estar de acuerdo en nada. Jamás.
—Tú regresa a los esqueletos Fisher, que para eso te contrataron... — ordena Booth mientras coloca su libreta en su bolsillo y comienza a dar pasos agigantados para poder evadir algunas astillas y trozos de hueso que están en su camino a la salida —… yo iré a hablar con ella.
***
"Como mi día quedó arruinado a causa de ese tonto incidente, supongo que debería de ocuparme en algo..." — pienso mientras tomo asiento frente a mi escritorio y enciendo la computadora — "...tal vez debería de continuar mi libro, llevo mucho tiempo sin escribir algo y mi editor está presionando."
—¿Qué demonios acaba de pasar allá? — me interrumpe bruscamente una voz masculina, por lo que levanto la vista de la pantalla para confirmar mis sospechas de quien se trata.
—¿De qué hablas Seeley? — le respondo regresando la vista a la pantalla.
—¿Por dónde empiezo? — responde con una tercera pregunta, mientras comienza a contar con el índice de la mano derecha — Primero, acabas de dejar a un interno trabajando solo con ocho cadáveres, y para más señas tenía que ser Fisher, y ambos sabemos que no es muy buena idea dejar a un tipo deprimente con 8 esqueletos.
—Booth, tú más que nadie sabe que los internos necesitan trabajo de campo, no importa que tan deprimentes o macabras sean sus aficiones, así que nunca está demás dejarlos solos.
—Concuerdo... pero eso no responde la segunda cuestión: ¿Desde cuando estás de acuerdo con lo que yo digo? es más... ¿Desde cuando me llamas Seeley?
—¿Eso es algo malo? — le respondo mientras me pongo de pie y lo miro a los ojos con una sonrisa que es correspondida de inmediato — una persona tiende a equivocarse de vez en cuando.
—Sí, pero tú no lo haces muy seguido...
—¿Cuál es la tercera pregunta?
—¿Còmo debería de cobrarte lo que me debes de esta mañana? — responde el agente viéndome con cara de malicia — ¿Qué te parece un poco de sexo salvaje en la oficina?
—Sabes perfectamente que no podemos hacer eso, estamos en un lugar lleno de gente y la oficina tiene ventanas...
—¿Por qué no? Sweets y Daisy lo hacen todo el tiempo...
—Nada de sexo en el trabajo... además el sexo salvaje puede dañar al bebé...
—Está bien, no hay sexo... — dice con una sonrisa, pero eso no detiene la negociación — ¿Qué tal una cena romántica a la luz de las velas?
—Seeley, no tengo tiempo para eso hoy, tengo que terminar este capítulo de mi libro antes de que mi editor me mate...
—Está bien... ¿Qué tal un beso como premio de consolación? — dice el agente poniéndose al lado del escritorio a mi escritorio e inclinándose hacia mi rostro.
—En la mejilla — le respondo sonriendo, ya que sé que no se desharé de él hasta que lo complazca.
—En la boca — dice él comenzando la negociación.
—En la mejilla.
—Quiero un beso francés.
—En la mejilla.
—¿De lengüita?
—¡Seeley!
—¿Cambia chicles?
—¡Bien, esto ya cayó en lo ridículo! ¡Ni siquiera estoy mascando chicle! — le contesto, aunque sé que solo está jugando conmigo, le sigo la corriente ya que estoy desesperada ante su insistencia. Esto hace que Booth se desternille de la risa.
 —¿Qué tal un beso de trompita? — pregunta una última vez inclinándose hacia mì levantando los labios para enfatizar el tipo de beso que quiere.
—Está bien... pero solo uno, después me tienes que dejar trabajar tranquila... — respondo cediendo finalmente, me pongo de pie y tomo sus manos hasta que finalmente y finalmente nos damos un tierno y lo que se supone iba a ser un corto beso en la boca hasta que...
—Doctora Brennan, necesito que me de su informe del caso del boliche... — interrumpe una voz femenina, mientras su dueña levanta la vista de su archivo y ve a la pareja en tal situación comprometedora.
***
—¿Por qué la Doctora Saroyan me habrá enviado a analizar estos restos al Angelatrón? Ángela no estará aquí hasta dentro de algunas semanas — dice para sí mismo el larguirucho interno de turno en el Jeffersonian mientras avanza por los pasillos del laboratorio hasta llegar a una oficina llena de retratos, bocetos hechos con lápiz y algunos esqueletos falsos. — ¿Qué haces aquí Wendell? — Pregunta Fisher confundido al ver que frente a una pantalla plana de la computadora en lugar de una mujer embarazada en bata azul se encuentra un hombre rubio y más joven que él y de bata gris.
—Hola a ti también Fisher — responde el aludido dándose la vuelta,  — la doctora Saroyan me dijo que tenías unos restos para que los analizara en el Angelatrón.
—¿Qué demonios haces aquí Wendell? — responde el otro interno  revisando el gafete del otro interno en este aparece la palabra "INTERNO", pero sobre ella aparece una improvisada nota a mano que dice: "Artista forense de reemplazo" — Tenía entendido de que solo pueden tener a un interno trabajando por caso...
—Yo no estoy menos sorprendido que tú Fisher, pero no me mandaron aquí como antropólogo, sino para reemplazar a Ángela debido a su licencia por maternidad.
—¿Y desde cuando eres experto en supercomputadoras?
—No soy precisamente un experto, pero Ángela me enseñó ayer, así que puedo ayudarte a reconstruir los restos sin ningún problema...
—¿Y qué hace ella en la pantalla de tu laptop?
—Hola Fisher, ¿Cómo sigue tu brazo?— se oye la voz de Ángela desde la computadora, saludando con la mano —… y Wendell, espero que no lo dejes tocar mi computadora en lo que trabajan juntos.
—No te preocupes Ángela, no lo dejaré... — responde el interno mientras cierra la sesión de video y pone la computadora en hibernación — Fisher, dije que sabia como funcionaba el Angelatrón, no que sabía todo de él...
—Ya que no tengo más opción, supongo que deberíamos de empezar a trabajar antes de que la Doctora Saroyan nos encuentre discutiendo.
—Estoy de acuerdo... — ya que ambos internos se han puesto de acuerdo, cada uno de ellos toma un grupo de huesos y comienzan a escanearlos con la computadora.
—Wendell, ¿Puedes incrementar un poco el zoom en esta parte? — dice Fisher tras 5 minutos de silencio, mientras señala la parte superior de un fémur.
—Claro... — responde el otro interno mientras toma el control de la computadora y comienza a manipularlo, pero la pantalla empieza a moverse locamente mientras aleja y acerca el zoom.
—¡¿Qué haces Wendell?! ¡¿No que sabías como utilizar la computadora?
—¡Claro que lo sé! ¡Solo necesito hacer un par de cosas aquí...!
—¡Ves! ¡No sucede nada! — diciendo esto, Fisher toma con fuerza el tablero de control, pero Wendel se resiste a dejarlo ir — ¡Déjame intentarlo!
—¡No puedes Fisher! ¡Si Ángela te descubre usando su computadora ambos estamos muertos!
Durante toda la discusión por ver quien tenía en control, ninguno de los internos se dio cuenta de que por accidente presionaron un botón que no debían. Esto causa que en la pantalla del Angelatrón empiecen a salir imágenes totalmente al azar: una explosión atómica, niños jugando, cadáveres, reconstrucciones de crímenes y hasta un gatito jugando con un cráneo.
—Oh—oh — dice Fisher  confundido ante la escena de la computadora — amigo, creo que a la computadora le entró un virus o algo así.
—¿De qué estás hablando? —dice Wendell volteando hacia la pantalla y ve toda la serie de imágenes — ¡Por Dios Fisher! ¡¿QUÉ HAS HECHO?! ¡Presionaste Pulgar!
—¿Yo? ¡Tú eres el experto en supercomputadoras!
—¡Vete de aquí fisher!¡Deja los restos, yo me encargo del análisis después!
—Wendell, yo no...
—Vete antes de que me enoje...

—Pero... — Fisher no puede continuar ya que Wendell apunta directamente hacia la salida.